miércoles, 23 de marzo de 2011

Recuerdos

He estado dándole vueltas a un anime que vi hace casi 5 años por primera vez y que luego he vuelto a ver más recientemente varias veces de nuevo. El anime se llama Loveless,creado por Yun Kōga y trata de un chico de 12 años, Ritsuka, cuyo hermano mayor Seime es asesinado. Ritsuka cambia radicalmente y se vuelve arisco y frío debido a esto y tiene problemas con su madre. Un día aparece en la puerta del colegio un hombre llamado Suobi que dice ser amigo de su hermano. A través de Suobi descubre el mundo de los luchadores y los sacrificios, en el cual su hermano y él eran sacrificio y luchador respectivamente y ambos llamados Beloved. Ritsuka, por otra parte se llama Loveless, pero Suobi y él adquieren un extraño lazo de luchador y sacrificio a pesar de tener nombres diferentes. Suobi se enamora de Ritsuka, o al menos así se lo dice constantemente. El caso es que durante hay luchas y disputas por parte de otras parejas que pretenden llevarse a Ritsuka con su luchador, pero el lazo que los une es más fuerte que cualquier otro poder.

De esta serie aprendí la importancia de los pequeños momentos. Ritsuka perdió toda su vida cuando su hermano murió, perdió todos sus recuerdos y siempre llevaba una cámara encima con la que fotografiaba los momentos con las personas que más nos importan.

Me he parado pensar muchas veces en todas las cosas importantes que nos pasan. Muchas veces son solo pequeños detalles, como un abrazo, una sonrisa, una mirada... Son detalles sin importancia aparente pero hacen mucho por las personas. Que una mañana a las 8 venga alguien y te abrace con una sonrisa en los labios te da un poquito de fuerza para enfrentar un largo día de trabajo, un abrazo cuando estás triste, una palmada en el hombro cuando tienes que enfrentarte a un reto, una señal de aprobación de alguien cuando no estás seguro de como han salido las cosas, ese gesto de ánimo, esa persona por la calle que no conoces que te da los buenos días o te ve triste y se para a ayudar sin saber quien eres pero de buena voluntad...

Del mismo modo que hay detalles que son importantes también hay momentos cortos y efímeros que te hacen sonreir, o que igual no tanto, pero están ahí. Para eso están las fotos, para inmortalizar imágenes que representan momentos de nuestra vida, momentos que podemos olvidar pero esas fotos están siempre ahí para recordarnos todo lo que vivimos. Es una buena forma de no olvidar las personas que queremos y el tiempo que pasamos con ellos, buenos o malos momentos, todo cuenta, todo es experiencia, todo nos une a nuestro pasado y nos da un futuro.

No hay comentarios: